A nadie le gusta estar enfermo pues esto afecta nuestra vida, nos impide realizar algunas actividades y tener la misma vitalidad de siempre, la cual necesitamos para desempeñarnos adecuadamente en nuestro día a día.

Pero, si es lamentable que un adulto esté enfermo, es mucho más triste ver a un niño padeciendo alguna afección, sobre todo cuando se trata de enfermedades terminales y todas aquellas que les obligan a estar ingresados en un hospital por largos períodos de tiempo.

Los niños son seres que deberían pasar sus días rodeados de felicidad, amor, alegría y juegos; pero la realidad es muchos pequeños pasan cada día en un hospital, viendo médicos y sometidos a intensivos tratamientos para poder mantenerse con vida.

Aunque deberían tener todo un futuro por delante, su presente es luchar para apenas sobrevivir con la esperanza de un mañana mejor. En esa situación se encuentra precisamente Sophia Romao Bueno, una pequeña de tan solo 17 meses de edad.

A su corta edad debe pasar muchos días internada en el hospital debido a un desorden de su sistema inmune que la obliga a recibir tratamientos muy agresivos para intentar ayudarla; sin embargo, estos procedimientos la agotan y las desgastan mucho.

Podemos imaginarnos la difícil situación por la que están pasando ella y sus padres, quienes cuidan de su pequeña y tratan de hacerla sentir mejor a pesar del dolor. Es por eso que, siempre que podamos, debemos ayudar a las personas en situaciones similares.

Lo que para nosotros puede ser un instante, unos cuantos minutos o un simple gesto, para ellos puede ser un recuerdo feliz que quedará siempre en su memoria y les dará ánimo en su lucha.

Esa es la misión del Dr. Paulo Martins; él, además de ejercer su profesión en la Clínicas in Ribeirão Preto, en São Paulo, también entiende que un momento de alegría vale mucho más de lo que podemos imaginarnos.

Debido a esto, cada día él se pasea por los pasillos y habitaciones con un ukelele y su voz, visita a cada paciente y les dedica algunos minutos ofreciéndoles una linda melodía en vivo, así intenta llevarles un poco de felicidad para levantarles el ánimo.

Sin embargo, el Dr. Paulo no está muy acostumbrado a tratar con niños y en su encuentro con Sophia se preguntaba internamente qué hacer mientras intentaba recordar alguna canción infantil que pudiera tocarle.

Afortunadamente, el padre de Sophia estaba allí y le comentó al Dr. Paulo que a la pequeña también le gustaban canciones de adultos y le mencionó una en específico: “Eu sei de Cor” de la canatante Marília Mendonça.

Y por suerte el Dr. Paulo sabía tocarla y cantarla, la pequeña Sophia no podía estar más feliz. De hecho, Sophia ama mucho la música y al escuchar al Dr. Paulo por los pasillos salió a buscarlo; y, cuando él llegó a su habitación, la encontró esperándolo en la entrada.

Mientras el Dr. Paulo le cantaba a Sophia, ella no pudo contenerse y empezó a bailar enérgicamente, tanto como se lo permitían los cables a los que aún estaba conectada debido a su condición.

El video del momento es adorable y estamos seguros que será un hermoso recuerdo para todos los presentes. Esperamos que Sophia pueda salir adelante y logre ganar la lucha contra su enfermedad.

Comparte este hermoso momento con tus amigos y recuérdales la importancia de llevar alegría a donde sea que vayan.

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