Nunca sabemos cuándo nuestras vidas puedan cambiar, a pesar de que practiquemos ninguna actividad de alto riesgo estamos expuestos a sufrir algún accidente.

Así le ocurrió a una chica que teniendo tan solo 17 años sufrió un accidente en moto, su condición general era grave y sus probabilidades de sobrevivir pocas, se encontraba en estado de coma, pero aún faltaba una noticia difícil para los familiares.

Marikena Martínez, la joven que se encontraba en estado de coma, estaba embarazada.

Sus padres no sabían nada al respecto, pero después de que Soraya Barbero, madre de la joven, se enterara de la noticia afirmó que nunca pasó por su mente interrumpir el embarazo.

Sin embargo, tampoco dejaría de hacer todo lo que fuera necesario para salvar la vida de su hija, quien fue sometida a estudios con radiación y a diferentes tipos de drogas.

Marikena, recibía fuertes dosis de morfina y los estudios radiológicos eran frecuentes, ella fue llevada a uno de los mejores centros de rehabilitación del país, ubicado en Mar del Plata. “Dios dirá cómo sigue el embarazo”, fueron uno de los pensamientos de Soraya.

Ocho meses después, Marikena dio a luz a Vasti, quien nació saludable.

Ellas se convirtieron en el primer caso en Argentina, donde una mujer en coma lleva su embarazo a término y tanto ella como el bebé sobreviven. La magia comenzó cuando Vasti nació, ya que desde ese momento Marikena comenzó a reaccionar y a evolucionar.

Soraya admite que sintió miedo cuando ingresaron a su hija en el quirófano para hacerle la cesárea, “pensé que la anestesia y la intervención podían hacer que mi hija empeorara”.

Pero, Marikena quien solo había logrado hasta el momento hacer pequeños movimientos, al sentir a la bebé comenzó a moverse y el avance no ha parado. “Las dos se aferraron tanto a la vida, que la bebé está sana, nunca se ha resfriado”, contó Soraya.

«Todo es posible con amor, ganas y voluntad, la ciencia dice que no existen los milagros, pero yo les puedo decir que sí», concluyó la valiente madre y abuela.

Soraya explicó que al llegar al hospital después del accidente, los médicos no le dieron mucha esperanza de vida a su hija y que ahora la puede ver besando a su nieta. Ella también agregó que el apoyo que recibieron de parte de especialistas, médicos, psicólogos, familiares y muchísima gente ha sido incondicional, que gracias a ellos y a la fuerza que le dieron día a día pudieron seguir luchando.

Esperamos que Marikena, cada día avance en sus terapias y que viva muchos años más brindándole amor a la pequeña Vasti.

No olvides compartir esta increíble historia que sin duda alguna nos llena de fe y esperanza.

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