Cuando se tiene hijos hay que asumir el compromiso y la responsabilidad de velar en todo momento por su bienestar que depende estrictamente de los cuidadores.

Pero lamentablemente algunos padres son negligentes ante su deber de procurar en cualquier entorno mantener a sus hijos fuera de peligro, para ellos prevalece su comodidad y su auto complacencia como prioridades en lugar de ofrecerles seguridad, supervisión, ejemplo y acompañamiento a sus hijos.

Tal como esta madre de Illinois, Estados Unidos, que fue detenida por trasladar a sus hijos dentro de una piscina inflable sobre el techo de su auto. Uno de sus vecinos la vio y no dudó en advertir a la policía sobre el acto que ponía en riesgo a sus hijas.

En pocos minutos, agentes del departamento policial de Dixon localizaron a la mujer y la detuvieron, el hecho sucedió el pasado 9 de julio a las tres de la tarde.

Fue identificada como Jennifer A. Janus Yeager, tiene 49 años, conducía su auto marca Audi modelo Q5 con sus pequeñas hijas dentro de la piscina que había colocado sobre el techo. La madre conducía con normalidad como si no estuviera haciendo nada irregular.

Claramente Jennifer no estaba consciente del grave peligro que representaba para sus hijas viajar de esa manera.

Fue acusada con dos cargos, por poner en peligro la salud y la vida de dos niños y otros dos cargos por conducción temeraria. También fue acusada por no haber asegurado a los pasajeros menores de edad en el interior del coche con el cinturón.

Según la información suministrada por las autoridades policiales, una de las hijas de Jennifer tiene ocho años y la otra dieciséis.

Jennifer tuvo que pagar una fianza para mantenerse en libertad, en sus declaraciones confesó que fue junto a sus hijas a casa de unos amigos para inflar la piscina y de regreso a casa se le ocurrió llevarlas en el techo “para que pasaran un momento divertido”.

Pero ese “momento divertido” podría haber costado muy caro, frenar repentinamente podría producir una tragedia.

Nadie debería ser tan irresponsable para exponer a otros a graves peligros al conducir sin cumplir las normas de seguridad establecidas.

Los pasajeros deben estar sentados en el asiento y usar el cinturón de seguridad, los menores deben viajar en sillas infantiles correspondientes a su edad. Aunque se mantenga una velocidad prudente, puede surgir un percance u otro conductor imprudente podría causar un accidente. Así que cada mecanismo de seguridad es vital, nadie está exento de sufrir un siniestro incluso causado por otro conductor.

Afortunadamente, en este caso no hubo un desenlace fatal que lamentar, las dos menores resultaron ilesas gracias a la advertencia del vecino que dio aviso a la policía. Compártelo.

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