Natasha y Jeff Gober, una parejeja de Phoenix, Estados Unidos, estaban a punto de ser padres y no cabían en la felicidad por la llegada de la princesa que tanto habían esperado.
Pero no sabían que la pequeña estaba destinada a darles exclusivamente las 3 semanas más felices de su vida, porque de la forma más inesperada se las iban a arrebatar para siempre.
Con 21 días de nacida, la pequeña Mallory dejaba este mundo, y fue sólo cuando el médico les dio el informe, que los desesperados padres se llenaron de frustración al darse cuenta que la tragedia pudo haberse evitado.
Fue por eso que tras poner todo de su parte para sobreponerse, Jeff decidió compartir con el mundo la causa de la muerte de la pequeña, en un afán de advertir a tantos padres que podrían atravesar por lo mismo.
“He estado bastante en silencio desde la muerte de Mallory. Me tomó más de un mes escribir esto, pero si algo bueno puede venir de su fallecimiento y evitar que alguien más experimente la angustia, entonces sería negligente no hacer un esfuerzo», empieza el valiente testimonio de Jeff en Facebook.
«Si tienes un nuevo bebé, lávate siempre las manos… ¡Mucho!. Si alguien quiere sostener a tu bebé, asegúrate de que se la ve las manos y luego lo vuelva a hacer».
Jeff dio a conocer que Mallory murió a causa del HSV-1, más conocido como el virus que se encuentra detrás del herpes labial. Ha dicho que es muy común, más de lo que muchos creen; de hehco, el 67% de personas que habitan el planeta lo tienen, pero lo grave en todo esto es que no se manifiesta con síntomas, y en el caso de que un bebé se contagie puede ser mortal, como fue el caso de Mallory, y de otros bebés a los que un beso les costó la vida.
Pero el caso de Mallory es más raro aún, porque según asegura su padre, a la pequeña nunca nadie la besó en la boca, ni estuvo en contacto con una persona que tuviera una úlcera bucal activa.
«Sin embargo, detectó el HSV-1 en su primera semana de vida y tuvimos que verla morir lentamente durante casi 2 semanas. Mallory no pudo mantener sus manos fuera de su boca y ojos y constantemente se estaba chupando los dedos, por lo que es casi seguro que el virus llegó a sus manos en algún momento», escribió su padre.
Jeff relata que la pequeña no tuvo más síntomas que fiebre en la primera semana, pero cuando más tarde le aparecieron ampollas, ya era demasiado tarde para que los antivirales actúen.
«Estadísticamente hablando, probablemente estés infectado con HSV-1, lo sepas o no, si estás en contacto con un bebé, lávate las manos SIEMPRE», concluyó.
Es verdaderamente triste que tantos padres tengan que sufrir la pérdida tan prematura de sus pequeños por algo que puede evitarse. Enviamos un mensaje de solidaridad a Jeff y Natasha. ¡Vuela alto, pequeña Mallory!
Conocer esta información podría salvar vidas, no dejes de compartirlo con tus amigos.