Luisa Fernanda Buitrago es una joven de 16 años, de Monterrey, Colombia, que sufrió una dura experiencia que cambió por completo su vida después de tatuarse cuando estaba embarazada.

Ella decidió hacerse un tatuaje en la parte inferior de uno de sus senos sin imaginar la tragedia que estaba a punto de sufrir, la aguja que empleó el tatuador estaba infectada y las consecuencias fueron devastadoras. La joven contrajo una bacteria que afectó su médula espinal y el nervio ciático.

“No me dejes caer jamás” es la frase que Luisa se tatuó en inglés en su piel mientras esperaba a su bebé, pagó 13 dólares por el servicio que le arruinó la vida, aunque fue hace dos años, ahora ha decidido ofrecer su testimonio que se ha difundido en diversos medios de comunicación.

JOVEN YOPALEÑA QUEDÓ EN SILLA DE RUEDAS LUEGO DE HACERSE UN TATUAJE.Ella es Luisa Buitrago una bella joven de 16 años, nacida en Yopal y radicada en Monterrey Casanare, hoy ella contó su historia, en como el hecho de realizarse un tatuaje hace año y medio, le generó una infección que la dejó prácticamente en una silla de ruedas.Varias amigas han programado una actividad para recoger fondos para que ella sea sometida a una operación que cuesta 14 millones de pesos, actividad que se realizará el 10 de agosto en el Cantón de Manare de la Décima Sexta Brigada.Conozca está historia de superación y el mensaje que da a quienes desean realizarse este tipo de cosas en su cuerpo.

Publicada por Suversion.com.co en Lunes, 16 de julio de 2018

Habían transcurrido 15 días desde que Luisa se realizó el tatuaje cuando fue ingresada en un centro hospitalario de la ciudad de Villavicencio, tras ser sometida a pruebas médicas, determinaron que una bacteria estaba atentando contra su vida.

Luisa perdió la sensibilidad de sus piernas, no podía caminar. “Empecé con un dolor de espalda, sentía hormigueo en los pies, se me inflamó el estómago y no sentía mis partes íntimas”, relató.

Le practicaron una resonancia magnética que comprobó la gravedad del caso y necesitó ser sometida a varias intervenciones quirúrgicas para limpiar y drenar su columna. También, le administraron fármacos para atacar la bacteria y su bebé no pudo resistir los efectos del invasivo tratamiento que recibió durante mes y medio.

Luisa cumplió 15 años mientras estaba ingresada en el hospital, poco después sufrió el aborto espontáneo en el que perdió el niño que estaba esperando.

Después de una larga recuperación, Luisa espera ser sometida a otra operación que le daría la oportunidad de caminar de nuevo. “Cuando el cirujano me dijo que caminaría durante un tiempo fue muy duro, porque en realidad una juventud en silla de ruedas no es buena. Ser independiente y que de la mañana dependas de alguien es bastante duro”, dijo la adolescente.

Ella quería tener un recuerdo que la acompañara para toda la vida a través de la frase marcada en su piel, pero lamentablemente tuvo que enfrentarse al trágico desenlace.

Todo ocurrió por el incumplimiento de las normas de higiene del recinto en el que se realizó el tatuaje, su testimonio puede alertar a otras personas sobre la importancia de acudir con expertos responsables que garanticen la adecuada esterilización de todos los utensilios empleados para prestar este servicio.

LV / Infobae

Generalmente los más jóvenes se dejan llevar por el ímpetu característico de la adolescencia e ignoran el peligro que hay detrás de acciones como la que hizo Luisa. ¡Comparte su historia!

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