Milagros Silva es una madre peruana que vivió una experiencia aterradora cuando notó que su hija mayor Sharon Muñoz, de 12 años y su hermanita Estefani de 5 años no estaban en su casa.

Sharon habría tomado la decisión de escapar después de ser reprendida y castigada por su madre por no cumplir con sus deberes escolares. La madre encontró una desgarradora carta en la que le explicaba qué la había motivado a huir:

“Lamento haberme ido así de improvisto, quiero darte las gracias por todo lo que nos has dado. Nos estamos yendo a un lugar muy seguro, no te preocupes.

Bueno, la semana pasada tu dijiste que te teníamos harta, así que te dejamos para que puedas tener más tranquilidad, ¿cuídate sí? Porque a pesar de todo yo te quiero mucho. Y cuida de nuestro hermanito”.

Después de encontrar la carta su angustia se incrementó, denunció la desaparición de sus hijas a la policía y desplegaron un operativo de búsqueda.

La madre de las menores declaró ante los medios de comunicación locales que días anteriores había castigado a Sharon porque desde el colegio le notificaron que no había asistido a clases.

Así que ella tomó represalias contra ella: “La reprendí y la castigué como habría hecho cualquier madre”, relató alegando que la niña también había bajado su rendimiento académico. En los mensajes que difundía en medios televisivos le pedía a su hija que regresaran a casa.

En la carta, la adolescente le pide en reiteradas oportunidades que cuide de su hermano, un bebé que tuvo Milagros hace meses con su nueva pareja.

Finalmente, las autoridades policiales hicieron el hallazgo de las menores en la ciudad de Piura, donde llegaron desde Lima, en ese lugar fueron retenidas hasta que su madre viajó para reencontrarse con ellas.

Milagros nunca pensó que terminaría con el corazón roto después de reprender a su hija, ni que se había sentido muy mal tras escuchar que se sentía “harta de ellas”.

Jamás podemos subestimar el impacto que tienen las frases que escuchan los más pequeños de la boca de sus padres, en muchos casos puede afectar su autoestima sintiéndose desplazados, discriminados y no amados.

TM

Los niños no piden venir a este mundo, son dependientes y vulnerables, así que los padres deben asumir el compromiso de entregarles su amor sin medida garantizando su bienestar físico y emocional. Es precisamente el vínculo que desarrollen con sus padres lo que determinará su salud mental cuando son adultos, ojalá que todos lo supieran reconocer y procuraran darles a sus hijos una infancia feliz.

Afortunadamente este caso tuvo un final feliz, esperamos que la madre rectifique y que las pequeñas comprendan que escapar de casa exponiéndose a un grave peligro no es la solución cuando se sientan afligidas. ¡Compártelo!

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